Los supermercados y las farmacias son los negocios que no han visto cerrar sus puertas a raíz de la crisis sanitarias causada por el COVID-19.
En todos los rincones del mundo, acceder a alimentos y medicamentos continúa siendo una prioridad fundamental. Pero este mantenimiento de la demanda (y en algunos tipos de producto, incluso aumento) no significa que el modelo tradicional de estos sectores tenga que seguir igual.
La crisis está revelando algo más que la necesidad de contar con tiendas físicas abiertas para comprar comida y medicinas: la digitalización es necesaria para afrontar los cambios en comportamiento de consumo y los problemas de distribución que podrían afectar a la industria al largo plazo.
La industria farmacéutica es una de las ramas comerciales más poderosas porque, por desgracia, siempre habrá enfermedades y molestias que contrarrestar. Pero sí es sorprendente la expansión del sector en el entorno online: en 2014, el mercado global farmacéutico online tenía un valor de 29 mil millones de dólares. Para 2023, se estima que esa cifra alcance los 128 mil millones.
Desde el comienzo de la crisis del coronavirus, el sector farmacéutico ha visto crecer el tráfico online en webs especializadas hasta un 35%. En cada país los números varían, pero la tendencia general es al alza y revelan un patrón común de preocupación popular por el abastecimiento de productos sanitarios vinculados al COVID-19.
Por ejemplo, en Brasil la demanda de nebulizadores ha crecido un 177,5%, y los alcoholes sanitarios un 165%. En Francia, las conversiones totales de venta online para negocios farmacéuticos ha crecido un 59,7%, y el tráfico en webs de farmacia ha llegado a subir un 85% desde el comienzo de la crisis.
En todas partes la demanda de geles desinfectantes, mascarillas y sprays antibacterianos se ha disparado un 817%, y los remedios para catarro y tos un 198%, según Adobe Analytics. La acumulación de medicamentos en previsión de posibles recortes se ha producido al mismo nivel que en los alimentos.
Según la revista Time, estos son los productos farmacéuticos en los que más se ha disparado la demanda:
La expansión de la demanda en cierto tipo de productos de farmacia no indica nada más que una necesidad temporal y comprensible, vinculada a las características de una crisis vírica.
El verdadero foco de atención para la industria farmacéutica es cómo responder a esa demanda y a los cambios de la red de producción y distribución. Los productos que se agotan son un drama para la población, pero ¿cómo podrán los fabricantes farmacéuticos mantener la cadena de venta ante cambios más profundos que los de una repentina demanda?
El 95% de las marcas farmacéuticas están preocupadas por el rendimiento a corto plazo a costa del COVID-19, especialmente aquellas ubicadas en la zona de Asia-Pacífico. Y un 23% considera que habrá problemas en la cadena de suministro y, por tanto, en poder atender a las necesidades de la población.
Este escenario es especialmente delicado en Estados Unidos, el mayor país consumidor de productos farmacéuticos (casi un 50% del mercado global), debido a tres factores:
→ Relacionado: El gran valor de la logística para las ventas del futuro
El gran impacto del COVID-19 para la industria farmacéutica ha sido encontrar una aceleración y un obstáculo al mismo tiempo. La demanda y desarrollo de medicamentos no se ha frenado, pero sí lo hace el acceso a ingredientes que suelen proceder de China e India (que ha limitado la exportación de 26 ingredientes activos farmacéuticos).
Esto provoca una brecha que podría cambiar la cadena de distribución y el modelo de fabricación de forma radical. Las marcas de Europa y Estados Unidos tendrían que comenzar a plantear el establecimiento de fábricas y plantas propias en suelo más cercano, para asegurar el acceso a materiales en caso de otra situación de crisis.
Aplicar este plan implica un esfuerzo a largo plazo, que debe cumplir con las regulaciones de cada zona geográfica y contar con los recursos para crear fábricas y plantas o nuevas redes de suministros.
Sin embargo, sería la forma de evitar rupturas en la cadena suministro, la escasez de medicamentos que dependen de un país exportador lejano y la subida de precios (en India el precio del paracetamol o la penicilina ha subido hasta un 50%, y esto acabaría replicándose en las demás regiones).
La industria farmacéutica maneja una enorme cantidad de datos complejos, que deben cumplir con numerosas regulaciones en cada región.
Empezar a facilitar el acceso a estos datos de forma digital será un paso imprescindible para que el sistema de trabajo de las farmacéuticas se mantenga a buen ritmo. Las condiciones de distanciamiento social y el cierre de lugares de trabajo hace más urgente que nunca contar con una red de información digitalizada, segura y accesible desde cualquier parte del mundo.
Mediante una red de información de producto centralizada y digitalizada con sistemas como PIM (Product Information Management), las farmacéuticas también pueden dar el salto digital y cubrir una doble necesidad de organización interna y presentación digital externa:
→ Relacionado: Por qué el futuro para las empresas es omnicanal
El sector de salud vivirá una de las mayores transformaciones digitales en los próximos años. Acceder a consultas y tratamientos médicos a distancia ha resultado un recurso valioso, pero escaso, en plena crisis del coronavirus.
Las farmacéuticas tendrían que integrarse por completo en este nuevo modelo de distribución y venta, en sincronía con servicios de telemedicina que podrían conectar al paciente con proveedores de medicamentos.
En este sentido, muchos negocios online farmacéuticos están potenciando su modelo de ecommerce e incorporando medidas como las compras limitadas a usuarios que aporten las pruebas médicas necesarias.
→ Relacionado: Tendencias para fabricantes y vendedores B2B en 2020
La adaptación digital no es fácil ni es sencillo abordarla de manera rápida. La respuesta al nuevo escenario del COVID-19 ha tomado por sorpresa a todas las industrias.
Una lección que debe extraerse es comenzar cuanto antes una preparación digital completa, que lleve a los fabricantes B2B al escenario del futuro.
La industria farmacéutica se enfrenta a un escenario tan positivo como negativo a consecuencia de la crisis global. El aumento de la demanda de productos choca con las dificultades para mantener una cadena de suministro adecuada.
Algunas soluciones pasarán por cambios complejos que afectan a la red logística internacional y al modelo de fabricación y distribución empleado hasta ahora en Occidente y Asia.
Otros pasos son más factibles, como la digitalización que ayudaría a fabricantes de productos de farmacia a mantener al día su red de clientela B2B, y a que los retailers dispongan de mejor contenido de producto para los clientes finales.