Es difícil de pronunciar y al principio puede sonar como una duda, pero el m-commerce, o ‘comercio móvil’ es una realidad sólida y que debería estar en labios de todos los marketers y vendedores.
Las tiendas físicas tiemblan frente al avance del ecommerce y canales digitales de consulta y compra como las páginas web. Pero las webs también deberían empezar a considerar una alternativa que podría dejarlas desfasadas.
Sacar el teléfono móvil del bolsillo es el gesto más común y repetido en la rutina de millones de personas de todo el mundo. Cientos de miles de tiendas para visitar desde el metro, el sofá o la cola de la oficina de correos. Y no son un aparato más donde puede volcarse todo el contenido de producto tal cual estaba organizado antes.
Las ventas móviles necesitan otros preparativos concretos, y los usuarios de móviles tienen unas costumbres y expectativas distintas a abrir una web en un ordenador.
Los smartphones son los nuevos competidores o aliados de los negocios. Y han llegado a los bolsillos de tus clientes para quedarse.
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Vendas rubíes o tomates Raf (cuyo precio por quilo parece digno de rubíes), hoy en día ya es imprescindible una estrategia omnicanal de negocio, que incluya canales online.
Sin embargo, la auténtica disrupción comenzó hace una década con el asentamiento del mercado de teléfonos móviles más sofisticados, o smartphones.
La ventaja del smartphone como herramienta de compra online es obvia: permiten un acceso 24 horas, siete días a la semana, rápido y ligero, desde cualquier lugar e incluso sobre la marcha. Ofrecen conveniencia y ahorro: no hay que salir de casa, caminar, o coger el coche para acercarse a la única tienda que vende cierta marca de calcetines térmicos.
En definitiva, el número de compras online a través de teléfonos móviles ha crecido a ritmo vertiginoso en la última década, y ha cambiado el tipo de viaje de descubrimiento de producto.
El descenso de los precios de smartphones potentes y de las tarifas de Internet y datos móviles ha hecho posible que, a día de hoy, 2 billones de personas estén conectadas, con un crecimiento del 25% anual. Según un estudio de Google, el 80% de las personas emplea el móvil a diario para conectarse a Internet, durante más de 80 horas al mes, frente a unas 30 horas mensuales desde el ordenador (no contamos el tiempo de trabajo).
En algunos países, el acceso a smartphones es más barato y fácil que a ordenadores, lo que explica que en India el tráfico web total desde teléfonos móviles alcance un pasmoso 80%. La región de Asia Pacífica tiene la mayor penetración de compras online a través de smartphones, con un 46% del total según Statista, y será la principal vía de entrada a estos mercados para gigantes como Amazon y Walmart.
A nivel de compras online, las ventas a través de smartphones suponen un tercio de todas las conversiones online, y alcanzarán el 54% de las ventas totales de ecommerce en 2021. El 88% de los usuarios dice efectuar una consulta online a través del móvil antes de comprar algo de forma definitiva (aunque sea a través de otros canales digitales, o en tienda física).
Esto subraya la importancia de una estrategia omnicanal para cualquier marca, que garantice información de producto uniforme entre todos los canales de venta y ponga fácil al cliente encontrar el mismo catálogo y los mismos datos desde móvil, ordenador, app o tienda.
Los hábitos de consulta y compra desde smartphones pueden variar geográficamente, pero también por demografía, según la rutina promedia de cada país. Sin embargo, algunos estudios efectuados sobre mercados globales (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, España, Italia, Brasil, México, China e Indonesia) muestran tendencias muy similares en todo el mundo.
Por ejemplo, que el momento del día con mayor consumo móvil es la mañana, entre las 7 y las 10, pero dudosamente todos esos usuarios harán compras precipitadas tan temprano. Es más probable que esa información sea de provecho para visitar una tienda o local más tarde, o para guardarse una referencia y verla en el ordenador durante la tarde/noche.
Ejemplo de app móvil para tienda de alimentación. Autor: Cuberto Agency
Lanzarse al canal de ventas digital que facilitan los smartphones supone más decisiones de lo que parece.
Se trata de un dispositivo con su propio mercado interno dividido: el uso de aplicaciones que pueden descargarse o apps y, en algunos casos, usar offline, y de páginas web que sólo pueden consultarse desde un navegador y en modo online.
Aunque el uso de apps es superior al de navegadores en móviles (un 80% del tiempo de uso en smartphones), para compradores online resultan más fiables y atractivas las páginas web que las aplicaciones de marca. Con la importante condición de que sean páginas optimizadas a nivel móvil y que garanticen una buena velocidad de carga, pues el factor de valor principal para el usuario móvil es la rapidez.
Optimizar una página web preexistente de marca es más eficaz y barato que crear una versión exclusiva para móvil, que después costaría mucho adaptar a otros canales.
Por su parte, diseñar una app puede conllevar muchos recursos y tiempo de diseño, y su éxito depende del tipo de público. No todo el mundo quiere instalar una app en su móvil, o puede sentir pereza descargarla tan sólo para una consulta rápida.
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Veamos al smartphone como herramienta de triple valor para un negocio de venta de productos o servicios:
Ante este aluvión de ventajas, ¿por qué algunas empresas todavía no apuestan por el comercio móvil para vender sus productos?
El principal factor disuasorio para las marcas es la inversión que requiere crear apps y páginas web, frente a la comodidad de seguir empleando la web tradicional. Esto supone dispararse en el pie, pues la principal crítica de los usuarios ante una tienda online es que no esté optimizada para móviles.
Los negocios que adapten sus catálogos digitales a esta nueva ventana de consulta de ventas serán los que prosperen. No en vano, según indica Shopify, los servicios móviles atraen el 77% del tráfico y el 67% de los pedidos online.
Conclusión
¿Por qué las empresas no comienzan a integrar más los dispositivos móviles en su estrategia frente a las páginas web convencionales?
El miedo al cambio es una causa habitual, así como el convencimiento de que los modelos digitales no van a avanzar tan rápido como los negocios offline creen.
Pero sí van a hacerlo.
Las marcas que no sean accesibles a golpe de pulgar, de Google, Play Store o App Store, irán desapareciendo del panorama y les será muy difícil reivindicar su puesto.
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