Llevan ya unas décadas entre nosotros, y aun así todavía no existe consenso en torno a cómo construir y cuidar contenido de páginas web.
Seguramente a cualquier equipo o profesional se le ocurrirían de inmediato un montón de réplicas: claro que sabemos cuál es la mejor forma de estructurar una página web, qué mostrar en ella, cómo elaborar su código y qué elementos no pueden faltar en determinados tipos de webs, como una tienda online.
¿Seguro que lo sabes?
Si existen tantas variantes sobre un mismo modelo, es porque la creación y gestión de una página web depende del propósito y nicho al que pertenece, de ahí que tampoco exista una ley exacta con las mejores reglas para una estrategia de web content management.
Al margen de todo lo dicho y hecho acerca del diseño y escritura para páginas web, web content management es una disciplina en la que convergen muchos esfuerzos variados, y cuyo equilibrio llega a ser más complejo que contratar un dominio y llenarlo de fotos.
En una estrategia de web content management normalmente convergen tareas y análisis de experiencia de usuario (UX), diseño, desarrollo y programación, contenido y optimización SEO, además de clásicos métodos publicitarios en medios offline o mediante relaciones públicas.
Si creías que para definir tu estrategia de web content management bastaba con decidir los títulos y las imágenes de tus páginas web, estas son las áreas que en realidad deben unificarse hacia los mismos objetivos:
Te detallamos los 5 pasos imprescindibles que debe seguir la definición de una estrategia de web content management que abarque todo lo necesario y no encuentre sorpresas de última hora.
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Como en cualquier departamento de una compañía, el primer paso es tener bien claros los objetivos de la empresa, basados en la estrategia de negocio, lo cual permitirá establecer unos procesos, plazos y reglas que todos los implicados en el contenido web sigan y respeten.
Estos pilares de una buena estrategia son:
Básicamente, hay que delimitar qué se cuenta y cómo. En este sentido, el contenido web siempre debe ser fiable y creíble, sin errores, afirmaciones falsas, ausencia de fuentes en citas, elementos demasiado informales, negativos, subjetivos o partidistas.
Si además en tu web manejas información de producto, es de gran ayuda incluir en la estrategia un Product Information Manager (PIM) que automatiza la gestión de productos y la revisión, actualización y enriquecimiento del contenido, incluso en términos SEO.
El usuario es la Estrella Polar de todo este trayecto: emplea contenidos comprensibles junto a una buena y clara estructura de títulos, fuentes, listados, gráficos e imágenes.
Se compaginará el trabajo de diversos departamentos al mismo tiempo, por lo que la organización y buena comunicación son fundamentales desde el primer minuto. Todos deben compartir un mismo cuadro de objetivos y estilo, desde la parte más técnica hasta el puro marketing que sólo recurrirá a la web de vez en cuando. Y sabemos que, en muchas ocasiones, pueden llegar a chocar los intereses (y egos) del departamento creativo y técnico.
La clave para evitar cualquier conflicto consiste en tener bien delimitado el mapa general, como una visión global de la web, sus funciones y ramificaciones. A partir de ahí, podrá convocarse a cada especialista para encargarse de sus tareas correspondientes, siempre sabiendo cuáles son sus límites y en qué zonas y aspectos debe colaborar con otros.
Este sistema de gestión de contenidos es básico tanto para la creación inicial de cualquier web como para su mantenimiento futuro y la consecución de la meta que toda persona del equipo debe marcarse: ganar más y mejor tráfico.
Volviendo a la parte más técnica de una estrategia de web content management, los estándares web permiten a los desarrolladores guiarse por unas pautas recomendadas a la hora de diseñar la página. Estos estándares cumplen con los requisitos de los grandes dioses online, los navegadores y motores de búsqueda principales.
Estas guías suelen contener principios básicos y sencillos, intuitivos incluso para profesionales sin formación técnica. En esta fase se decide qué tipo de contenido se ubicará en cada parte de una web, y cómo conseguir que sea comprensible, navegable y nítido en cualquier navegador y dispositivo de consulta (incluida la optimización para móviles). También hay que indexar correctamente el contenido para todos los buscadores, a fin de favorecer el posicionamiento, y vigilar cualquier nuevo añadido o función que mejore los estándares web.
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Un buen marco está en sintonía con la imagen: el fondo y la forma de una página web deben haberse estudiado de forma paralela para conseguir el resultado más adecuado.
¿Qué esperan los usuarios? Depende del tipo de página web, su función y propósito. No es lo mismo una tienda online que una enciclopedia de criaturas mágicas, ni una web orientada a adolescentes o a mujeres mayores de 50 años. Ni siquiera esas características son válidas por sí solas: cada estrategia de web content management tiene que recoger todos los rasgos de su audiencia potencial para definir un perfil lo más preciso posible.
Si bien lo básico es comenzar por las 5 grandes preguntas:
Cuestiones que se aplican en doble sentido: por un lado, hay que conocer cómo se comporta el usuario en un tipo de página web o navegación, pero también hay que ofrecerle las respuestas a esas preguntas de vuelta. Quién, qué, cómo, cuándo y dónde: todo lo que un usuario debe conocer sobre tu empresa en unos pocos segundos, el escaso tiempo que una persona dedica a escanear una web que abre por primera vez.
Será bueno que el usuario pueda identificar esos elementos básicos a la primera: qué marca es, cuál es su ámbito y su personalidad. Una combinación de diseño y textos breves y simples pueden conseguir que esa identidad de marca se refleje en todo el contenido web, que sea consistente y tenga en cuenta necesidades futuras (¿es contenido fácil de traducir a otros idiomas, o de migrar a otros sistemas?).
Continúa siendo el quebradero de cabeza de los equipos de marketing, y por ello sigue ocupando un lugar presidencial en las estrategias de web content management.
Una estrategia de inbound marketing rastrea dónde y cómo conseguir mayor tráfico hacia la página web, tanto si es nueva como si necesita un empujón, así como usuarios realmente interesados y que puedan generar recomendaciones. Confiar únicamente en el posicionamiento en Google ya no es una decisión sabia ni fácil hoy en día.
El contenido web puede incluir las palabras clave que adapten y mejoren las páginas para los buscadores, pero la tendencia avanza hacia una mayor naturalidad y estrategias honestas y de calidad, que evitan las penalizaciones de los motores de búsqueda y se plantean cuáles son realmente los visitantes valiosos.
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En una estrategia de web content management es tan importante lo que se ve como lo que permanece fuera de vista: el código y los metadatos que pueden apoyar al contenido visible en muchas circunstancias.
Tanto para usuarios con necesidades especiales por problemas de visión como ante simples errores de carga, los metadatos pueden convertirse en la ayuda perfecta, aunque resulte tedioso completar más campos.
Ofrecer metadatos de calidad sirve a cualquier página web para posicionarse mejor en resultados de búsqueda, en especial en nuevas herramientas visuales, para aportar contexto a elementos que pueden mostrarse aislados en otras webs (como los comparadores), y servir de complemento si el contenido no se muestra correctamente en algún dispositivo.
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Frente a otras estrategias de negocio que requieren recursos más costosos y planes a muy largo plazo, un mapa de web content management es una de las tareas más creativas y colaborativas que puede abordar la empresa. Fomenta la participación de equipos muy distintos y sirve para definir la imagen de marca, darla a conocer dentro y fuera de la compañía, y comenzar la exposición hacia el mundo.
No se requiere mucho para construir una inolvidable experiencia de usuario: decidir un tono de voz, mantener un discurso claro y con datos consistentes, apostar por la calidad del contenido y la estructura web limpia y completa. Ahora bien, debes poner mucho de tu parte para que todo alcance las cotas de calidad previstas.
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