La tecnología está avanzando a un ritmo tan rápido que dejan de sorprendernos los logros que antes parecían de ensueño en películas como Minority Report o Blade Runner.
Sin embargo, hay algo que sigue provocando el WOW de cualquier persona que lo utiliza: la realidad aumentada permite visualizar un objeto tridimensional en cualquier espacio o superficie de forma cada vez más realista.
Si hace unas décadas muchas marcas y vendedores bufaron ante la llegada de las tiendas online, hoy en día muchos retailers empezaron pensando que la realidad aumentada era un gimmick tonto, caro e ineficaz.
No sólo es una tecnología cada vez más a mano y fácil de implementar para retailers y catálogos online, sino que en breve será parte imprescindible de la experiencia de compra digital.
“Actualmente la tecnología está lo suficientemente desarrollada como para que un usuario no sepa distinguir si lo que está viendo es real o no.”
El 76% de los consumidores asegura que comprarían más cosas online si hubiese disponible una opción de probar antes de comprar. La realidad aumentada ha llegado como la respuesta perfecta a una demanda urgente.
Por ese motivo, los pesos pesados de las ventas globales y el comercio digital ya están incorporando propuestas de realidad aumentada a sus planes de expansión.
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Google compró Magic Leap, Apple hizo lo mismo con Metaio y Facebook pagó por el popular fabricante de gafas virtuales Oculus. Microsoft, Amazon, Alibaba o ASOS están desarrollando sus propias iniciativas.
De momento, la realidad aumentada parece un dragón adormilado, a punto de despegar cuando la tecnología (y su accesibilidad para la mayoría de los compradores) esté disponible.
“La Realidad Aumentada permite que el cliente se haga una idea más que aproximada sobre el producto y despeja dudas de cómo se integrará en su entorno.”
Algunos consumidores reconocen que si tuviesen a su alcance esta tecnología, dejarían de comprar en tiendas físicas tan a menudo. Ya no hay que ir a donde están los productos, son los productos los que vienen a nosotros. El comercio tradicional lleva años preocupado por los avances del comercio digital, cuando la realidad es que los dos deben llevarse mejor que nunca.
La realidad aumentada puede demostrar ser un aliado muy interesante también para las tiendas físicas. Permitiría reducir la dependencia de stock expuesto y el tamaño de las tiendas, si llegaran a popularizarse los probadores o espejos virtuales, en los que cualquier comprador puede observar todo el catálogo de productos.
Mientras los precios promedios del alquiler por metro cuadrado para el retail no dejan de subir, la realidad aumentada resolvería un gran problema de espacio para franquicias y pequeños vendedores.
La manera más fácil de entender la diferencia entre realidad virtual y aumentada es considerando si lo virtual es sólo parte de la experiencia o toda la experiencia:
El funcionamiento de la realidad aumentada para ecommerce es tan simple como añadir la opción de visualizar esos productos en 3D sobre cualquier lugar.
Ahora bien, desarrollar esta función puede parecer mucho más complicado.
Sólo parecerlo, ya que la tecnología es cada vez más accesible para vendedores de todo tipo y empresas de cualquier tamaño.
Hasta hace poco tiempo, implementar tecnología de realidad aumentada era un proyecto muy caro, pero ahora se puede añadir un modelo 3D a una web con baja complicación técnica, y los usuarios pueden verlo desde su móvil o tablet. Los dispositivos móviles cada vez son más potentes con microprocesadores y chips gráficos que aportan mayores y mejores prestaciones.
Plataformas de ecommerce como Shopify ya ofrecen la opción de vincular la previsualización mediante realidad aumentada de los productos de una tienda online. Como un proyecto de este calibre puede intimidar, lo mejor es contar con un servicio especializado como Dypsela, que haga los clones digitales de tus productos, listos para usarlos en una app de visualización de realidad aumentada.
Los modelos virtuales de un producto se crean a partir de fotografías del producto tomadas desde varios ángulos. Otro factor relevante son las medidas, para que el producto se muestre siempre al tamaño más fiel a la realidad.
“Hoy ya no es necesario instalar una app, ya que se puede ver contenido en realidad aumentada a través del navegador web, redes sociales, ecommerce o incluso enviar productos de forma privada.”
La empresa de soluciones 4.0 Hidden Creative preparó un experimento en el que se mostraba un anuncio de un juguete en 2D a la mitad de la audiencia, y el mismo juguete en realidad aumentada a la otra mitad.
De los que vieron el anuncio tradicional, sólo el 45% dijo que consideraría comprarlo.
El 74% de quienes vieron la realidad aumentada afirmó estar dispuesto a comprarlo.
¿Cómo quedará este coche en color pistacho y con guardabarros cromados? ¿Será este jarrón demasiado grande para el estante? ¿Por dónde me llegará el largo de esta falda en talla M?
La indecisión de compra online tiene que ver muchas veces con que el consumidor no puede ver el producto in situ. La posibilidad de que no le sirva y tenga que devolverlo es muy desmotivadora.
La realidad aumentada permite ‘jugar’ con los productos incluso mejor de lo que se puede en una tienda física. Puedes probar cada cosa en el lugar exacto donde te interesa colocarla o aplicarla. El uso más popular es en diseño, decoración y ropa, pero las posibilidades son infinitas.
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Será mucho más fácil sugerir upsell y cross-sell a los clientes, ya que la típica sección “Productos relacionados” podrá experimentarse en primera persona. Así resulta mucho más visual y convincente comparar distintos productos y optar por más productos para añadir a la cesta de la compra.
Puedes argumentarle a un usuario con decenas de datos técnicos lo genial que es un televisor de 70 pulgadas en lugar del de 50 que está consultando. Si ve cómo queda en la pared de su salón, seguramente el efecto sea mucho más persuasivo.
Al revisar la cesta de la compra, muchos usuarios se arrepienten o sienten dudas sobre algunos productos y tienden a ‘aligerarla’.
Poder ver de un solo vistazo todos los productos añadidos, por ejemplo los complementos de un conjunto, facilita a los compradores tener una idea más precisa de qué están pagando y sustituir la compra compulsiva por más decisiones bien fundadas.
En general, todo el proceso de consulta y compra resulta más simple, divertido y rápido para los usuarios.
En lugar de abrir varias pestañas en un navegador, invertir mucho tiempo en leer descripciones y fichas técnicas, y rastrear menús buscando el producto perfecto, el comprador interactúa con una pantalla que le pone todo un catálogo en bandeja.
Una de las principales motivaciones para ir de compras es sentir los productos. La compra online sustituyó esta recompensa psicológica por la promesa e ilusión de recibir un paquete más adelante, según la velocidad del envío. La realidad aumentada devuelve a la experiencia de compra digital la satisfacción de sentir en primer persona una cercanía al producto, aunque sea virtual.
Observar objetos en realidad aumentada causa una respuesta de asombro que no consiguen las fotografías o los vídeos. Y los usuarios sienten mayor poder, ya que pueden estudiar el producto en su entorno, durante el tiempo que necesitan, sin que un empleado les pida por favor no tocar nada.
“La Realidad Aumentada es una tecnología que ha llegado para quedarse. Poco a poco se irá integrando en la sociedad y sus capacidades y avances no dejarán de sorprendernos, aportando a la comunicación un marco tridimensional cada vez más versátil.”