La compresión de imagen es un procedimiento que se aplica para reducir el peso de un archivo de imagen, eliminando los datos prescindibles y con una pérdida de calidad variable.
Comprimir imágenes es un paso fundamental tanto para el almacenamiento de archivos como para conseguir el correcto funcionamiento de páginas web y apps donde se utilizan las imágenes.
Los negocios de fabricación y venta de productos acaban gestionando miles y miles de imágenes de producto. Las fotografías de producto son una pieza clave en la creación y mantenimiento de catálogos, tiendas online, canales de ecommerce y otras plataformas y recursos. Optimizar la gestión de tantos archivos es un objetivo básico para una gestión del contenido de producto más eficaz.
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¡Toma nota! Los términos de compresión de imágenes tienen un poco de trampa:
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JPG
PNG
GIF
Estos son los tres formatos más utilizados a la hora de comprimir imágenes online y cargarlas para su uso en webs, apps y otros canales como marketplaces (serán las que te exijan en Amazon, AliExpress, Google Shopping…).
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No los confundas con otros tipos de archivo de imágenes comunes, pero que tienen un gran tamaño porque mantienen la calidad original de las imágenes, como SVG (formato vectorial), TIFF o RAW. Si haces fotos de producto profesionales, seguramente tengas esos archivos de partida y tengas que comprimirlos a JPG o PNG.
Aun así, ¡nunca borres tus originales! Pueden serte útiles para otros propósitos, como editar catálogos impresos o usar en carteles y folletos, donde necesitas más calidad de imagen.
Tu página web o app tiene que funcionar a máxima velocidad siempre, para no enfadar al usuario. Y uno de los principales motivos por los que una web o tienda online no carga o tarda en hacerlo es que incluye imágenes demasiado pesadas.
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Google advierte de que las imágenes pesadas penalizan. Es decir, si Google detecta que tu web tiene una velocidad de carga lenta, no aparecerás entre los primeros resultados de búsqueda.
Tendrás que adaptar tus imágenes para que se visualicen correctamente en todos los dispositivos. Los archivos menos pesados se cargan más fácilmente en teléfonos móviles.
Hablamos sin parar del usuario, pero comprimir tus imágenes también tiene efectos positivos para ti. Conseguirás ahorrar en espacio de almacenamiento de tus plataformas de ecommerce y servidores, y será más rápido compartir archivos entre distintos canales.
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Desde un punto de vista profesional, utilizar un programa de edición de imagen parece la opción más completa. En un mismo programa puedes editar las imágenes y exportarlas al tamaño y formato deseado.
Sin embargo, no hay que abrir nueces con un tanque de guerra. Emplear un programa sofisticado como Photoshop para convertir imágenes es aprovechar un 0,01% de sus posibilidades. Si tienes licencia del programa, entonces puedes utilizarlo para comprimir imágenes a JPG utilizando la opción “Guardar para web”.
Si no manejas Photoshop y quieres un sistema más ágil, entonces toma nota de las siguientes opciones.
Si eres usuario de Mac y te molesta que en el listado anterior tantos programas sean exclusivos de Windows, respira aliviado. No sólo hay compresores de imágenes para Mac, sino que además ofrecen muy buenos resultados.
Aparte de GIMP, ImageOptim es el programa más recomendable, ya que funciona como compresor de imágenes de forma exclusiva y optimiza automáticamente las imágenes que importes. Lo mejor es que es un open source totalmente gratis. Soporta JPEG, PNG y GIF.
Como ves, comprimir imágenes a JPG es una tarea muy fácil y tienes muchas herramientas gratis y sencillas para probar y encontrar el sistema más adecuado a ti y tu volumen de imágenes habitual.
Optimizar las fotografías de tu web o tienda online es asignatura obligatoria para mejorar la experiencia de usuario y tus conversiones, así que no lo retrases más. Y si quieres agilizar aún más tu trabajo, con un software PIM también centralizas el almacenamiento de todas tus fotografías de producto a la vez que analizas la calidad del contenido.
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