Compramos con los ojos. Necesitamos ver un producto antes de comprarlo. Por eso la fotografía de producto se ha convertido en un elemento imprescindible de una tienda online.
Al no tener acceso directo al producto, las fotografías son la mejor forma de conocer su aspecto y características. A nadie se le escapa que la fotografía es, en gran medida, la responsable de que ese producto se venda. Por eso, es tan importante para un ecommerce contar con buenos fotógrafos y, por supuesto, con buenos retocadores.
Los productos de un catálogo o ecommerce deben ofrecer una imagen impecable para atraer a los clientes. Un gesto tan sencillo como el de hacer clic e introducir un producto en el carrito de la compra va a depender mucho de la imagen que transmita dicho producto. Su aspecto en la fotografía va a influir directamente en la decisión de compra y se reducirá considerablemente uno de los grandes problemas de las tiendas online: el carrito abandonado.
¿Cuál es la referencia visual que un cliente tiene de los productos de una tienda online? ¿Hasta qué punto es importante la primera imagen de un producto que ve el posible consumidor para terminar comprándolo? ¿Por qué es esencial retocar las fotografías de producto de un ecommerce para garantizar la conversión? En este artículo vamos a resolver todas estas cuestiones.
En una tienda online el cliente no puede apreciar el producto en sus manos antes de realizar la compra, por lo que es imprescindible ofrecer la imagen más fiel posible. No hay que olvidar nunca que se trata de dar confianza al cliente presentando el producto de la forma más atractiva posible visualmente.
A la hora de mejorar la experiencia del comprador online, la fotografía de producto y publicidad se ha coronado como uno de los elementos indispensables para los catálogos y fichas de producto tanto para fabricantes como retail. Una buena fotografía de producto implica un porcentaje mayor de conversión, por lo que mimarla hasta el más mínimo detalle es un esfuerzo que se verá recompensado.
Lo más importante es cuidar tanto los aspectos que vamos a desgranar a continuación como gestionar sin errores y de forma centralizada todas tus imágenes de producto. Esto es posible a través de un sistema PIM, como Sales Layer, donde puedes vincular las fotografías de producto a cada variante de tu catálogo y compartirlas en los formatos adecuados en todos los canales que quieras.
La calidad y cantidad de imágenes ofrecidas del producto son dos puntos decisivos para lograr convertir a un visitante o interesado en un cliente.
La fotografía de producto y publicidad es la carta de presentación ante cualquier comprador: debe ser limpia, nítida, completa y fiel a la realidad. En cuanto a la cantidad de fotografías que debe incluir cada producto, la cifra depende del propio producto, aunque es esencial que haya, al menos, una imagen frontal del producto completo y otras tantas de perspectivas diferentes y detalles que interese mostrar (por ejemplo, para observar un zapato se pueden incluir cuatro fotografías: vista frontal, vista lateral, vista trasera y detalle de los cordones, empeine y puntera).
Si observamos las estadísticas de los estudios realizados por Shopify acerca de las preferencias de los consumidores online, un 33,16% de los compradores prefiere que haya varias fotografías; y la mayoría, un 58,03%, prefiere fotografías de 360º del producto.
Las fotografías son la representación del producto a la venta, por lo que el tamaño y la resolución adecuados son dos características esenciales.
Hay que tener en cuenta que el cliente suele mirar con detalle cada aspecto del producto, por lo que una de las herramientas que más utiliza es el zoom. Una fotografía bien retocada es clave para trasladar al cliente una imagen de producto de calidad y que le aporte confianza.
Según un estudio del ONTSI, el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, el 74% de los clientes que no compran online manifiestan su temor a que el producto que reciban en casa no sea el mismo que se ve en las fotografías. Y, de hecho, el 35% de las devoluciones de productos se hacen por considerar que la imagen era engañosa, por lo que hay que tener especial cuidado con la fidelidad de la imagen.
En fotografía de ecommerce, la iluminación es clave para conseguir que se aprecien todas las características del producto y la imagen sea lo más fiel posible a la realidad. Por ello, es importante cuidar las luces tanto a la hora de realizar la sesión fotográfica como al editar y retocar la imagen.
Un buen uso de la luz frontal, por ejemplo, evitará marcar arrugas indeseadas en las prendas, ya que este tipo de luz no genera sombras en los pliegues y evita la sensación de cambio de volumen propia de las arrugas.
La temperatura, tono o intensidad de iluminación que tengamos para las fotografías del producto cambiará el resultado final de la imagen y con ello, la percepción que tenga el usuario de ese producto. Un producto demasiado o poco iluminado puede hacer que parezca diferente de lo que es en realidad.
A la hora de realizar las sesiones en estudio para fotografía de ecommerce se necesita un espacio amplio para la colocación de todo el material, incluyendo el necesario para ubicar los distintos focos.
Normalmente, en fotografía de ecommerce son necesarios focos o antorchas de bastante potencia (500W mínimo), para que su luz permita enfocar tanto el producto como el fondo para fotografía de producto, si fuera necesario. Además, suelen hacer falta difusores de luz que suavicen las sombras sobre el producto. Contar con la idónea cantidad de luz y que sea muy difusa resulta fundamental para la fotografía de producto y publicidad. En cuanto a formas y direcciones de la luz, la utilización de ventanas cenitales y laterales ayudará a destacar el producto de una u otra forma.
Es importante que el fondo para fotografía de producto sea uniforme, liso y limpio, ya sea como acabado final o para facilitar el silueteado del producto a posteriori.
Los principales retoques que se hacen en el estudio son la eliminación de elementos fuera de sitio, arrugas en el fondo, de materiales como cables o focos que pueden haberse cruzado en el encuadre y huellas en el ciclorama.
En cuanto a los fondos en sí mismos, podemos hacer una división entre fondos planos y elementos al aire:
Los fondos más recomendables para fotografía de producto son los de colores neutros, como blancos, beis y cremas. Colocar un fondo de color muy intenso en el estudio podría alterar la percepción de los colores reales de una prenda, por ejemplo. La única forma de evitar en cierta manera este efecto disruptivo es colocar el fondo bien alejado del objeto al realizar la fotografía, ya que la distancia provocará un efecto diferente de la luz y no proyectará una sombra dura sobre el fondo.
Las sombras del producto son muy importantes. Deben estar equilibradas tanto en dureza como intensidad y son el elemento que perfila el volumen y la forma. En el retoque se pueden preservar las originales si son de calidad, o también se pueden recrear digitalmente.
Cuando hablamos de trabajar con elementos al aire nos referimos a que no hay un modelo que los sostenga o lleve puestos. En estos casos, las fotografías se hacen utilizando algunos trucos para sostener y dar forma a los objetos, sobre todo en el caso de complementos y accesorios, como las joyas, bolsos o herramientas.
A la hora de trabajar con elementos al aire, lo que pretendemos es que no se proyecten sombras, lo cual facilitará considerablemente el silueteado del producto.
Cuando se fotografía un producto sin modelo, se suelen utilizar rellenos y elementos como el hilo de pescar para que el producto mantenga su forma y el cliente del ecommerce vea una imagen lo más cercana posible a la realidad. Una vez en postproducción, el retocador debe eliminar, sobre todo, las imperfecciones.
En muchas ocasiones, en el estudio se hacen múltiples fotografías de recurso para que también sea más sencillo trabajar con elementos que precisan de mucho detalle, como, por ejemplo, los zapatos de cordones.
En la postproducción, es importante que el retocador cuente con unas guías como referencia para los tamaños y las proporciones de los productos. Normalmente la fotografía al aire también se utiliza para enseñar diferentes puntos de vista del producto, y es fundamental que el cliente tenga la sensación de estar mirando el mismo objeto desde distintos ángulos y que el color no cambie. Esto es importante para cambiar de vista en una galería de fotos de producto, ya que es de vital importancia encuadrar los productos de forma que mantengan sus tamaños relativos.
En las fotografías con modelos, lo que más se suele retocar son aspectos de la piel que puedan distraer la atención del cliente.
Estas son las tres correcciones específicas más habituales:
En la cara, las correcciones más frecuentes suelen ser de impurezas, rojeces y ojeras. Para las ojeras, se trabaja sobre la luminosidad.
En la zona de los ojos también se suele resaltar su expresividad y contorno, tanto con el propio maquillaje durante la sesión como con retoque. Se potencia la luz del iris a la vez que se oscurece la pupila para ganar presencia en la mirada.
Por último, se neutraliza el blanco del ojo, eliminando rojeces o venitas gracias a una capa de ajuste.
Por último, en los labios se corrigen las pequeñas grietas o sequedades que se hayan podido formar durante la sesión, por lo que siempre es conveniente que los labios del modelo se mantengan hidratados.
Los principales aspectos que se corrigen en el cuerpo de los modelos suelen ser venitas, rojeces... El enrojecimiento en las extremidades suele producirse por la cantidad de horas que pasan los modelos en la misma postura durante la sesión de fotos, y suelen afectar a manos, talones, rodillas... Para eliminar venas, se trabaja sobre el color, luz o herramienta de clonado.
Se debe diferenciar entre las arrugas propias del movimiento y la postura del modelo de las que ya existen sobre la piel, sin dejar de perder el aspecto natural de las formas del cuerpo.
Otro de los aspectos de la piel que más hay que cuidar cuando se hace fotografía para ecommerce con modelos son los tatuajes. Si bien ciertas firmas los potencian por su imagen de marca, otras prefieren eliminarlos para que el resultado de la fotografía sea el más neutro posible y no se distraiga la atención del producto. En este caso, durante la sesión fotográfica se maquillan y se pueden incluso cubrir con una media de color carne para disimularlos. Otra opción es esperar a la postproducción y cubrir la zona con muestras de piel del mismo color y luminosidad.
Las prendas de un modelo o de un catálogo centrado en productos de moda deben lucir perfectas e impecables, y para ello en el estudio se cuida este aspecto al máximo, ya sea planchando, limpiando con rodillo o cortando hilos sueltos.
Cuando se retocan imágenes de prendas, lo más común es trabajar con la luminosidad del color. A través de este procedimiento, se corrigen muchos aspectos, especialmente relacionados con las arrugas, estampados, texturas y materiales de las prendas.
Lo más importante cuando se corrigen arrugas en prendas es preservar el tono de color original de la prenda. El proceso se lleva a cabo con sumo cuidado evitando que el resultado final pueda ser muy plano y evidente.
Es conveniente hacer uso del tampón de clonar y el pincel corrector en lugar de utilizar la herramienta parche, que resulta un poco más agresiva si no se selecciona la muestra correcta. Esta misma herramienta será clave para la corrección de arrugas en zonas del borde de la prenda, donde el principal peligro se encuentra en que pierda definición y se confunda con el fondo.
La clave en la corrección de estampados está en la selección y clonado de los distintos elementos del patrón para asegurar su continuidad. Solo de esta forma se puede efectuar un buen retoque de la prenda sin alterar el dibujo original. Para ello, solo hay que hacer una selección y mostrar el área más conveniente.
En el caso de encajes de lencería o nudos de croché, al poder tomar una muestra más grande, y también debido a su irregularidad, el clonado puede resultar más sencillo y menos comprometedor que, por ejemplo, en el caso de un tejido con cuadrícula pequeña.
En el trabajo con prendas con una textura muy marcada influye en gran medida la iluminación utilizada en el estudio; de ella dependerá el volumen que adquiera el entramado del tejido.
A la hora de mejorar la forma y apariencia de la prenda, la herramienta de licuado juega una baza importante dentro del retoque. Mediante una depurada destreza por parte del retocador, la herramienta permite manipular arrugas, el contorno de la imagen, enfatizar simetrías, enderezando o suavizando elementos, pero siempre evitando no distorsionar la textura, las costuras o el aspecto original de la prenda.
En cuanto a los brillos, no suelen eliminarse si son propios del material, como ocurre con el charol. Sin embargo, sí que hay que tener cuidado con que las ondulaciones de la luz en el material sean sutiles y atractivas.
También suelen aparecer motas de polvo o hilos atrapados en los encajes de la pieza que se tratan de eliminar con aire a presión; pero nunca quedan perfectas y, a veces, no se aprecian a simple vista pero sí cuando se muestra la pieza ampliada en detalle.
Los productos no salen de fábrica en perfecto estado para la sesión fotográfica.
Unos hilos en un vestido, suelas con restos de goma, ralladuras y un sinfín de eventualidades llevan al fotógrafo de producto a finalizar la tarea con una sesión de retoque. Cuando se trabaja con objetos, los retoques más habituales son los relacionados con el silueteado, las imperfecciones de producto y la homogeneidad del conjunto.
El proceso de silueteado consiste en un recorte preciso del contorno del objeto mediante herramientas de selección y trazado. Se lleva a cabo, sobre todo, cuando el producto se va a trasladar de la fotografía original a un fondo distinto. Con ello se consigue resaltar el producto y crear continuidad en el resultado final.
Como con el resto de retoques, hay que fijarse muy bien en las condiciones del juego de luces, ya que en ocasiones, a causa de un brillo se puede perder el contorno del producto.
En determinadas ocasiones es necesario modificar la perspectiva de una fotografía de ecommerce, o de una serie de fotos, para que el cliente tenga la sensación de verlo totalmente de frente, desde arriba o de forma lateral. Normalmente, los encargos de corrección de perspectiva se hacen con la intención de situar los diferentes productos sobre un fondo común, como el estante de una joyería o las baldas de un supermercado.
Es muy habitual encontrarse casos de distorsión en packaging. El empaquetado en cartón es susceptible de perder su forma con facilidad, por lo que el retoque se torna necesario para que el producto recupere su forma original.
La herramienta ‘distorsionar o deformar’ incluye una malla que suele tomarse como guía para que el producto quede recto y bien encuadrado, sea cual sea la perspectiva final que se escoja para las fotografías que se mostrarán en el ecommerce. Además, se aprovecha este momento para corregir esquinas, grietas y otras imperfecciones que se puedan detectar.
Lo más probable es que el juego de luces y sombras original no case con el nuevo ángulo de visión del producto, por lo que también ha de corregirse el punto de iluminación. La sombra tiene que coincidir con la nueva perspectiva, y lo que se hace es añadir a la sombra real una sombra de contacto, que recrea la posición del producto sobre un soporte.
El trabajo de escalado es una tarea propia de la fase de retoque. Por lo general, el rescalado se lleva a cabo cuando hay que situar productos ya silueteados en un catálogo de productos.
Todas las variantes de un producto han de tener el mismo tamaño e iluminación, aunque haya fotografías tomadas desde distintas perspectivas. Sin embargo, los tamaños y proporciones sí que varían de un modelo a otro; entre una sandalia y una bota de tacón, por ejemplo. Al final, hay que adaptarlos todos, corrigiendo la dirección de la luz y el color, para que la vista de la web sea clara y ordenada.
Ahora que estás listo para asegurar las mejores fotografías de producto en tu catálogo y tienda online, completa la experiencia con una gestión eficaz de tus archivos de imágenes de producto en todos tus canales con el PIM de Sales Layer que puedes probar gratis aquí mismo.