El mes de marzo de 2019 comenzaron a llegar mensajes de aviso a usuarios de Google: el 2 de abril de 2019 cerraría Google Plus y con él desaparecería todo el contenido almacenado en las cuentas.
Esto no sería tan llamativo si la plataforma no perteneciese a uno de los mayores conglomerados del planeta. ¿Cómo podía fracasar una red social promovida por el motor de búsqueda líder en número de usuarios?
Ping, Bebo, Digg, Vine o MySpace también han desaparecido. Sabiendo cómo todo puede cambiar de un día para otro, ¿es más seguro optar por una estrategia en las plataformas "clásicas", o es positivo apostar en la promoción de tu negocio por redes sociales nuevas?
Algunos valientes y enemigos de Facebook apreciaron Google Plus desde su presentación. Y en verdad su planteamiento no presentaba tantos defectos y la interfaz resultaba mucho más atractiva de navegar que Facebook.
El gran problema es que Google+ no dejaba de ser un duplicado de Facebook. Si Samsung replica los AirPods de Apple un tiempo más tarde, al menos debe acompañarse de una ventaja: el precio es mucho más barato. ¿Cómo se mide el coste en el uso de redes sociales?
El ex empleado de Google Morgan Knutson acusó a la compañía de haber acelerado la competencia hacia Facebook en lugar de diseñar algo nuevo.
Irónicamente, hizo estas acusaciones a través de Twitter.
Migrar contenidos, audiencias y seguidores necesita pocos clics, pero bastante inversión de tiempo, lo que convierte a una mudanza digital en una acción tan estresante como cambiarse de casa.
Cuando Instagram consiguió recuperar el brillo perdido ante Snapchat, su estrategia fue rápida y eficaz: ofrecer a su audiencia de siempre el mismo servicio de Snapchat (compartir historias de vídeo que desaparecerían a las 24 horas y aplicarles filtros).
Google Plus no trajo ninguna función nueva: tan solo una casa por estrenar, bien pintada, bonita.
Vacía.
Ya en 2015 la red social presentaba una tasa del 98% de caída en niveles de uso, y se hablaba de una muerte inminente, un zombi que sólo seguiría en pie unos años más por su valor entre ciertas comunidades.
Entre las causas del fracaso de Google Plus, que nunca consiguió el volumen de usuarios y actividad deseable ni a la altura de Facebook, uno de los miembros de su equipo de diseño original apunta el modelo de seguidores asimétrico.
Sin embargo, este modelo no ha dado ningún problema a Instagram, Twitter o YouTube: las cuentas de usuario o empresa pueden seguirse sin necesidad de que haya una invitación y aceptación, como en Facebook y LinkedIn. El sistema de ‘círculos’ propuesto por Google Plus, que reunía a conocidos y familiares del usuario, resultó confuso y poco útil frente al modelo típico bidireccional (o unidireccional).
El modelo de red social simétrico o asimétrico no importa demasiado a nivel de marca, pues es más importante construir una base de seguidores que seguir a otras cuentas, generalmente escasas y anecdóticas.
No obstante, a nivel de negocio y estrategia de ventas un modelo simétrico demuestra mayor eficacia: los profesionales sólo conectan con aquellos compañeros, partners o clientes potenciales que demuestran un interés activo y un perfil cercano a su buyer persona.
La clave del uso de redes sociales asimétricas como Twitter para venta de productos de negocios y marcas es la exposición. Aunque un tweet se pierda rápidamente en el muro de actualizaciones, es más probable llegar a una parte de la audiencia que en una red social donde no participan tantas personas, como Google Plus.
El diseño de la red social era precipitado: las publicaciones en Google Plus se ordenaban según un algoritmo de prioridad que, como la criticada función en Twitter, Instagram y Facebook, enterraba muchos posts y no garantizaba una exposición ordenada o cronológica. Además, en sus comienzos no tuvo una app móvil y, una vez lanzada, tampoco funcionó con la misma simplicidad y rapidez que su competencia.
En definitiva, su nacimiento pronto pareció forzado, y más cuando se puso en marcha el Proyecto Hancock: crear una cuenta de Google+ a cada usuario de Google.
De repente, millones de personas tenían un perfil que no habían pedido… y que en la mayor parte de los casos no llegaron a usar. El 90% de las sesiones de Google+ duraron menos de 5 segundos.
No es extraño que muchos invoquen la triste imagen de Google Plus como un parque de atracciones abandonado.
El seguimiento de perfiles de empresa en cualquier red social muestra índices mucho más bajos que cuentas personales o de celebridades.
Sin embargo, desde que Yahoo acuñase el término, el ‘comercio social’ ha ganado un terreno que hoy en día es necesario aprovechar. De promedio, cada adulto utiliza hasta cinco redes sociales al día.
Vender en social media es más que anunciarse: es dar la opción de una compra directa y ahorrar pasos intermedios, ademas de apelar al impulso de pagar por algo nada más verlo en una fotografía o vídeo.
Se dice que por cada euro/dólar invertido en redes sociales se obtienen 5 de retorno. Puede que esa regla matemática no funcione por igual en todas las plataformas, ni en todas las fases de una empresa, pero vender a través de redes sociales es más que una tendencia: es una faceta más de una integración omnicanal en e-commerce.
“Lo primero que debes tener en cuenta es que las redes sociales son mejores como herramienta de retención de clientes que como adquisición de clientes.” | Jamie Turner, CEO en 60SecondMarketer.com
Sin duda, en la actualidad Instagram es la plataforma favorita para las marcas de retail por tres razones:
El primer paso fueron las imágenes shoppable lanzadas en 2018, que permitían etiquetar productos de una fotografía con su precio, nombre y enlace directo a la ficha de compra en web.
La última novedad: la posibilidad de comprar directamente en Instagram, sin abandonar la app.
De momento esta opción es limitada y tiene unas tasas para el vendedor, pero su ratio de conversiones podría ser muy alto. Los compradores ya no tienen que guardar productos para comprar más tarde o abrir un navegador.
A la hora de vender y promocionar productos en Instagram, es clave contar con imágenes de alta calidad, sobre todo que muestren el producto en uso o en ambiente. El usuario busca inspiración y, al ver un producto integrado en una vida ficticia, pero creíble, le permite ver claramente cómo quedaría ese ambiente de revista en su vida.
Instagram es más útil para empresas B2C, en especial marcas de moda, cosmética, jardinería, decoración, mobiliario, restauración, viajes, artesanía, comida y bebida.
Las imágenes shoppables tuvieron su puesta de largo en Pinterest, la gran plataforma de reunión de imágenes que, además, ofrece la posibilidad de generar anuncios basados en palabras clave de búsqueda de los usuarios.
Las fotografías o ‘pines’ que muestran productos con un precio incluyen enlace a compra. Las imágenes que muestran puntos blancos desglosan el conjunto por piezas, para que el usuario pueda identificar y comprar la prenda que quiera. Según un estudio, el 90% de los usuarios habituales de Pinterest utiliza la red para tomar decisiones de compra.
Celebraron su crecimiento a bombo y platillo hace un par de años, pero la irrupción de los Stories de Instagram hizo que el uso de Snapchat cayese en picado.
A pesar de todo, la plataforma continúa en marcha, es popular entre adolescentes y es atractiva para negocios que quieran desarrollar anuncios geolocalizados, en especial de sector restauración, tecnología, viajes y eventos puntuales, como ferias y conciertos.
Es interesante la opción de ofrecer un geofiltro a los usuarios de Snapchat que estén cerca de una tienda física de la marca: promoción del local y publicidad a través del usuario que decida usarlo y compartirlo con sus seguidores.
El vídeo es el formato que demuestra mayor tasa de reacción y conversión entre compradores online, de manera que los botones cada vez más llamativos en YouTube están favoreciendo la conexión e-commerce.
Llamadas directas como “Lo quiero” o “Reserva ya” permiten al usuario acudir a la ficha de un servicio o producto a partir de un anuncio que no pueden saltarse durante unos segundos (al contrario de lo que ocurre en Instagram, donde los anuncios se pueden omitir enseguida con un clic o scroll).
No es una red social que esté atravesando su mejor momento de imagen ni de confianza para el usuario, pero a pesar de ello mantiene cierto tirón para negocios.
La plataforma fue de las más avispadas ante el auge del e-commerce y sigue ofreciendo la versión más potente de integración con tiendas online. Los vendedores pueden conectar sus catálogos de producto a Facebook y establecer una integración total que permite controlar los stocks y pedidos junto a otros canales de venta.
Además, estos productos vinculados a Facebook después pueden promoverse fácilmente a través de Facebook Ads.
Los nichos que más emplean esta red social para venta de producto son moda, cosmética y mobiliario, además de servicios de estilo de vida como gimnasios y dietética.
→ Te lo contamos paso a paso: Cómo vender productos en Facebook
¿Es acaso posible?
Más o menos: muchas compañías, sobre todo de rango más modesto, han incluido WhatsApp como vía de contacto con su clientela, en especial en materia de reservas de citas o consulta de disponibilidad de productos. Es decir, la vía gratuita de desarrollar un chatbot de atención al cliente.
WhatsApp Business incluye lo que faltaba en un chat convencional: automatizar las tareas de atender mensajes de clientes y programar respuestas inmediatas, además de crear un perfil con toda la información de empresa, etiquetas para clasificar a clientes y pedidos, y métricas para evaluar el número y frecuencia de mensajes.
Su principal contra: la app sólo está disponible para Android.
Estas dos plataformas son muy populares a nivel empresarial, aunque no se empleen para integración e-commerce como la mayor parte de las anteriores.
LinkedIn es un lugar de encuentro imprescindible para negocios B2B, ya que según estudios el 75% de los compradores y el 84% de los ejecutivos de este sector utilizan alguna red social para la toma de decisiones. LinkedIn es la plataforma de referencia para buscar expertos de industria y negocio, y conectar a equipos de venta con clientes potenciales.
Por su parte, Google My Business continúa siendo una herramienta atractiva para empresas, en especial si tienen tienda o sede física. Completar la ficha de empresa con todos los datos de localización y contacto mejora el posicionamiento en búsquedas y en relación a otras herramientas de Google como Maps o Lens.
Vender a través de redes sociales no siempre es una estrategia asegurada: el botón de ‘Comprar’ en Twitter lanzado en 2014, y que funcionaba mediante integración con las principales plataformas de e-commerce, fue un fracaso.
La plataforma se dio cuenta demasiado tarde de que los usuarios acuden a Twitter con más intención de estar informados y leer noticias que de comprar productos.
Para evitar situaciones de este tipo, lo mejor es analizar qué redes sociales tienen más tirón en cada país y para los demográficos y nichos de producto de cada empresa.
“Cada red social tiene una audiencia diferente; por ejemplo, si eres una marca de fitness, Strava es una gran plataforma social, pero si eres una marca de artículos para el hogar, no será una buena opción.”| Luigi Moccia, fundador de Calashock
Por ejemplo, según datos de Statista:
Un buen abanico de herramientas digitales facilita la gestión de las conexiones e-commerce. Las principales plataformas de e-commerce, como Shopify o BigCommerce, ofrecen plugins propios o de terceros oficiales para conectar tiendas online a Facebook o Pinterest.
Otros servicios como Chirpify pueden ser interesantes para transformar interacciones en redes sociales en tráfico hacia web o canales de venta. También incluyen opciones de geomarketing para ofrecer descuentos y promociones a usuarios de una red social que pasen cerca de una tienda física.
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