Una de color blanco con las palabras Corn Flakes grabadas en Times New Roman.
Una de tonos muy vivos, con una simpática mascota que te detalla cuántas vitaminas y minerales aporta un bol de copos de maíz.
No nos engañemos, el producto es el mismo: simples corn flakes. Pero la segunda caja ha cumplido la función de captar tu mirada y revelarte qué ofrecen unos cereales corrientes.
El primer paso de las técnicas de copywriting para productos pasa por conocer bien qué tienes que vender y, sobre todo, a quién venderlo.
La uniformidad de estilo es sutil y consigue que tus visitantes reconozcan fácilmente cualquier descripción de producto.
Si cambias de un estilo más informal a otro muy técnico puedes confundir al cliente y no estarás transmitiendo una imagen de marca única y reconocible. Hazlo a través de tus contenidos: ¿qué impresión quieres transmitir? ¿Cómo quieres que te recuerden y reconozcan en cualquier parte?
Estudia qué palabras quieres asociar a tu marca y cuáles asocian tus clientes más a menudo al tipo de producto que vendes. Un ejemplo notable es Apple, que sabe recurrir a un vocabulario que evoca minimalismo, comodidad y cuidado.
Vendes un vestido de rayas azules. Vale, será importante indicar que es un vestido de rayas azules en la descripción, acompañando al título y en los metadatos, para favorecer su posicionamiento en buscadores.
Pero las piezas que tienen un nombre propio y original llaman más la atención de los compradores. Por ese motivo muchas marcas lanzan ‘cápsulas’ o colecciones donde cada producto tiene un nombre que transmite sensación de exclusividad.
No llevas un vestido de rayas, llevas un modelo Élysée.
A falta de la tecnología que convierta la compra online en una experiencia realista (y poco falta gracias a la realidad virtual y aumentada), todavía necesitas evocar sensaciones a través del lenguaje. Y las sensaciones son las que acaban motivando una compra en muchos casos.
Puedes decir cuánto pesa una maleta o cuántas calorías aporta una tableta de chocolate.
Pero ¿y las galletas que recuerdan a un salón en Nochebuena? ¿O el ventilador con su modo brisa de playa?
Y dirígete a ellas de frente.
Nos encanta el caso de The Home Depot, que resolvió la descripción de sus parrillas de barbacoa inventando una medida de “¿Cuántas hamburguesas puedo preparar de una sola vez?”.
¿Cómo puedes describir tu producto de forma inolvidable? ¿Cómo guiar al comprador hacia la elección correcta sin redirigirlo al servicio de atención al cliente?
Por ejemplo, imagina que vendes sofás: ¿y si incluyes un ‘medidor’ de tamaño mostrando visualmente cuántas personas podrían tumbarse a ver Netflix?
Averigua qué dudas concretas tienen tus clientes y evalúa si debes abordarlas en tus descripciones de producto. Esto depende de si tus compradores pueden traer dudas acumuladas de su experiencia tras comprar otras marcas, o si les ofreces algo muy nuevo o particular que necesita ‘entrenamiento’ desde cero.
El thin content es cualquier tipo de contenido que añade poco valor a la experiencia de compra.
Esto es importante porque Google escanea el contenido de todas las páginas web y determina si contienen suficiente contenido relevante. Si identifica que tu ecommerce tiene páginas con poco contenido, puede empeorar su posición en los resultados de búsqueda.
Centrarse en metadatos, contenido y estructura útiles y detallados permite a Google identificar de qué tratan sus páginas y recomendarlas adecuadamente.
Casi la mitad de los compradores online comienzan su búsqueda en Google, por lo que optimizar su posición en los resultados de búsqueda puede aportarte mejores oportunidades de venta.
“El mejor ordenador de su generación.” “Los colgadores de marcos más fáciles de instalar.” “El yogur que aguanta más tiempo.”
Estamos tan acostumbrados a oír esa clase de frases que utilizarlas en un tic recurrente en técnicas de copywriter.
Eso no quiere decir que debas usarlas; es más, ese tipo de lenguaje suele despertar el escepticismo de gran parte de los usuarios. Sobre todo si se toma la molestia de compararte con tus competidores y todos decís lo mismo.
Muchos elementos de refuerzo han probado tener una gran influencia psicológica en los consumidores que visitan fichas de producto:
El storytelling se ha convertido en un mantra de las técnicas de copywriting.
Y, en gran medida, porque funciona: crear una historia alrededor de un producto lo convierte en algo único, que despierta curiosidad y puede ser divertido.
Utiliza frases de cultura pop y humor con moderación (¿tus compradores aprecian más el estilo inocente, irónico, cínico, macabro…?). Este tipo de copy creativo, distinto a la simple descripción, demuestra estar en sincronía con el usuario y hace que sea más fácil de recordar y compartir.
Porque en fichas de producto todo entra por los ojos, emplea cursivas, negritas y exclamaciones para enfatizar emociones, beneficios y características únicas.
Divide el texto en frases breves en lugar de crear párrafos densos que invitan menos a la lectura.
Incluye un listado de bullet points para los lectores con prisa, que quieran identificar de un vistazo los componentes, medidas, ingredientes, condiciones de envío...
Lo más importante es ponerse en el lugar del comprador: ofrece un contenido capaz de disipar sus dudas y atraer su atención, con información siempre precisa y actualizada.
Recopilar, revisar y sincronizar toda esta información sobre los productos es una tarea compleja y delicada, más aún en el caso de grandes catálogos.
Cuando se trata de mantener y enriquecer el contenido de sus productos, no hay una herramienta más esencial que un PIM.
Con un PIM tendrás una base de datos centralizada para reunir y organizar las descripciones de tus productos. También podrás enviar tus catálogos de productos a cualquier plataforma o marketplace en tiempo real, mostrando descripciones de productos precisas y enriquecidas en todos tus canales.
El PIM de Sales Layer puede incluso revisar tu contenido con una puntuación de calidad mediante nuestro Quality Score, para detectar cualquier error y omisión en los datos.
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